El FIT Museum de Nueva York ha conseguido lo imposible: ha reunido en una increíble exposición el mágico mundo de Dior y Balenciaga. La herencia de la moda de Christian Dior (1905–1957) y Cristóbal Balenciaga (1895–1972) queda enmarcada en ‘Dior + Balenciaga: The Kings of couture and their legacies’. A partir de junio, podrás descubrir la magnífica historia de dos de los grandes modistos que marcaron en las primeras décadas del siglo XX los precedentes en el mundo de la moda.
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Ambas firmas han sido protagonistas de varias exposiciones a lo largo y ancho del mundo. Pero nunca se habían yuxtapuesto y explorado de forma conjunta… al menos hasta ahora. Sin duda, el museo neoyorquino ha sabido reunir de una manera ejemplar a ambas firmas de lujo. Esta exposición es una exploración y revaluación íntima y curatorial de sus trabajos. La atención se centra en sus métodos de construcción innovadores y la exquisita mano de obra de sus respectivos talleres.
La propuesta del FIT llega en un momento que parece casi pertinente: tras la situación de incertidumbre por la COVID, la moda ha apostado por una tendencia escapista que encuentra una respuesta a la necesidad de belleza que también hubo en la década de los 40.
Esta exposición pondrá todas nuestras miradas sobre 65 diseños de ambos genios que forman parte de la colección permanente del centro. Con ellos, lo que se pretende es ahondar en cómo abordaban ambos modistos el diseño y sus diferentes métodos de construcción. Un buen ejemplo de ello son los dos vestidos de noche en seda beige de la imagen.
Ambos parecen similares en color, confección y silueta. Pero su elaboración es completamente diferente: mientras Balenciaga consigue dar volumen gracias a su maestría con los tejidos, Dior, por el contrario, tuvo que confiar en el corsé incorporado y las faldas en capas para lograr el volumen deseado. Pero, sin lugar a dudas, ambas piezas son bastante análogas en apariencia.
La justificación de sus metodologías tan distintas radica en sus respectivas trayectorias: Balenciaga llevaba años perfeccionando su técnica cuando entró en escena Dior, y continuó haciéndolo tras el fallecimiento del modisto francés en 1957.
Pero, lo más interesante radica en aludir sus múltiples semejanzas. Que ambos tuvieran un carácter retraído, triunfasen a los 42 años o que la apertura de sus respectivas casas distase en 10 años son tan solo algunas de las similitudes que ambos tenían en común.
El FIT Museum da un paso más allá para poner en paralelo creaciones parecidas de ambos. En primer lugar, destacan los abrigos amplios y los trajes con chaquetas angulosas de Balenciaga, pero Dior también los creó. Mientras que los vestidos de noche y de cóctel con cuerpos ajustados y faldas voluminosas fueron los pilares fundamentales para ambos.
Las influencias no podían faltar en esta magnífica exposición. Para ilustrar el impacto continuo de Dior y Balenciaga, aproximadamente un tercio de la exposición incluye diseños de otros modistos y algunos de los directores creativos posteriores de las casas de moda. Los legados de estos aclamados maestros continúan gracias a la combinación de los elementos más característicos de los fundadores con las tendencias actuales.
La estética de Dior fue continuada y ampliada por Yves Saint Laurent (1957–1960), Marc Bohan (1960–1989), John Galliano (1996–2011) y, más recientemente, Maria Grazia Chiuri (2016–presente).
Hubert de Givenchy no trabajó para Balenciaga. Sin embargo, Nicolas Ghesquière (1997-2012) y Demna Gvesalia (2015-presente), se encuentran entre los que absorbieron y renovaron las ideas iniciadas por el modisto guipuzcoano.
Algo destacable es que Dior nunca dejó de producir, ni cesó en su alta costura, y mantuvo las líneas de accesorios y de belleza. En cambio, Balenciaga, tras retirarse de la moda en 1968, interrumpió su costura durante décadas. Bajo la dirección creativa de Nicolas Ghesquière, tanto el ready-to-wear como los accesorios vivieron un momento de expansión a finales de los 90.
“Dior y Balenciaga no solo fueron los modistos más importantes e influyentes de su tiempo, sino que también siguen siendo muy relevantes en la actualidad”, afirma Patricia Mears, subdirectora y curadora de la exposición. Por ello, ambas marcas siguen siendo fuente de inspiración para los diseñadores de moda contemporáneos. Además, gracias a su gran recorrido, los historiadores continúan organizando exposiciones y produciendo lujosos libros que conmemoran sus creaciones.